Opinión

𝙀𝙘𝙤𝙣𝙤𝙢𝙞́𝙖 𝙘𝙤𝙡𝙖𝙗𝙤𝙧𝙖𝙩𝙞𝙫𝙖… ¿𝙡𝙖 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙖 𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖 𝙙𝙚 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧 𝙩𝙧𝙪𝙚𝙦𝙪𝙚?

Antiguamente, el modelo económico con el que funcionaban las sociedades para adquirir un producto o servicio era el trueque, es decir, el intercambio de bienes en el que los participantes jugaban un doble papel, proveedor-consumidor, y en el que, no intervenía algún tipo de moneda, más que el servicio o producto que se intercambiaba.

Y al parecer, ¡en pleno siglo XXI!, hemos retomado los principios de este modelo, pero antes de darlo por sentado, hay que plantear al menos una definición que nos dé una idea de qué trata la economía colaborativa. Y es que, posiblemente, hayas encontrado varias definiciones o tal vez ninguna, no es problema, porque te compartiré mi propio remix:

“𝐿𝑎 𝒆𝒄𝒐𝒏𝒐𝒎𝒊́𝒂 𝒄𝒐𝒍𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒕𝒊𝒗𝒂 𝒐 𝒔𝒉𝒂𝒓𝒊𝒏𝒈 𝒆𝒄𝒐𝒏𝒐𝒎𝒚, 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑖𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑛𝑜𝑟𝑡𝑒 𝑙𝑎 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑎𝑛, 𝑖𝑛𝑐𝑙𝑢𝑦𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑜𝑑𝑒𝑙𝑜𝑠 𝑜𝑟𝑔𝑎𝑛𝑖𝑧𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑙𝑒𝑠 𝑦 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑐𝑡𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑑𝑒𝑑𝑖𝑐𝑎𝑛  𝑎 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑎𝑟, 𝑣𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟, 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑟, 𝑎𝑙𝑞𝑢𝑖𝑙𝑎𝑟 𝑦/𝑜 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑟𝑎𝑟, 𝑝𝑟𝑜𝑑𝑢𝑐𝑡𝑜𝑠 𝑜 𝑠𝑒𝑟𝑣𝑖𝑐𝑖𝑜𝑠, 𝑒𝑛 𝑓𝑢𝑛𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑛𝑒𝑐𝑒𝑠𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐𝑖́𝑓𝑖𝑐𝑎𝑠, 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑝𝑙𝑎𝑡𝑎𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑠 𝑜 𝑎𝑝𝑙𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑡𝑒𝑐𝑛𝑜𝑙𝑜́𝑔𝑖𝑐𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑚𝑖𝑡𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑒𝑥𝑖𝑜́𝑛 𝑦 𝑔𝑒𝑠𝑡𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑟𝑒𝑙𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑣𝑒𝑒𝑑𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑦 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑢𝑚𝑖𝑑𝑜𝑟𝑒𝑠”

La era digital, entre las que destacan el desarrollo de plataformas, aplicaciones y dispositivos móviles ha acelerado la incorporación y crecimiento de este modelo económico, ¡tan solo mira a tu alrededor!, incluso los niños y los que se rehusaba a usar las tecnologías de comunicación, ahora conocen por lo menos una aplicación y tienen un dispositivo celular a su alcance.

Si todavía no ha quedado claro qué es la economía colaborativa, aprovechando mi pasión y profesión, que gira en torno de la biotecnología y las plantas…Te voy a poner un ejemplo en el que claramente se identifica la colaboración, se trata de una alianza entre un hongo y las raíces de las plantas, mejor conocida como 𝘮𝘪𝘤𝘰𝘳𝘳𝘪𝘻𝘢𝘴. 

El hongo suple el agua y los minerales que la planta necesita, y la planta suple los carbohidratos que el hongo requiere, de esta manera, se establece una relación ganar-ganar en la que ambos se benefician. Algunos de estos beneficios consisten en un aumento de la capacidad de absorción de nutrientes y agua, el cual, no podrían conseguir por sí mismas las raíces. Haciéndolas más eficientes ante situaciones de estrés hídrico y más vigorosas (con respecto a las plantas que no forman esta alianza), – ¿y el hongo? – ¡logra la supervivencia!

Con base en el ejemplo anterior, la relación que se establece en la economía colaborativa también tiene ciertas características y beneficios que deberían derivarse de ella, las cuales, resumo:

𝗖𝗔𝗥𝗔𝗖𝗧𝗘𝗥𝗜́𝗦𝗧𝗜𝗖𝗔𝗦𝗕𝗘𝗡𝗘𝗙𝗜𝗖𝗜𝗢𝗦
Se apoya en tecnologías disruptivas como las Apps para la comercialización.Brinda la posibilidad de autoemplearse y obtener un ingreso extra.
Se basa principalmente en la confianza entre proveedores y usuarios.Impulsa el comercio en línea.
Fomenta el procesamiento y transparencia de la información.Busca el bien común.
Impulsa la formación de alianzas con otros comerciantes.Ofrece flexibilidad de horarios.
Promueve el intercambio de herramientas y experiencias.Promueve el aprovechamiento de activos infrautilizados.
En la mayoría de los casos son las personas (micro emprendedores y pequeños negocios) las que protagonizan el proceso.En algunos casos podría ayudar a reducir la huella ecológica.
Conecta gente que busca “algo” con gente que lo ofrece.Estimula el auge del emprendimiento.
 Permite crear y mejorar algoritmos para adaptar el negocio a las necesidades cambiantes de los consumidores.
 Una alternativa para periodos en los que el trabajo fijo desciende.
 Presenta alternativas para el consumidor y un ahorro en costos.

Si mientras leías las características y beneficios, se vinieron a tu cabeza los ya muy sonados: Uber, Uber eats, Airbnb, BlaBlaCar, Coursera, Netflix, Spotify, y la tan conocida Wikipedia, ¡acertaste!, estos son algunos negocios que funcionan bajo este modelo económico.

Sin embargo, la economía colaborativa también sucede cuando participas en un networking, cuando como consumidor recomiendas o promueves la difusión de proyectos o servicios (¿quién no ha recomendado al compadre que hace trabajos de albañilería,  los tacos de la esquina, la señora que hace postres, la de la estética, etc…?); al compartir conocimientos como en los foros en los que los usuarios acuden para resolver sus dudas e intercambiar ideas; cuando además de conocimiento se comparten prototipos (¡qué mejor ejemplo!, que el que se vive, con la investigación y desarrollo de vacunas para combatir el COVID-19); la compraventa de segunda mano; los espacios colaborativos que ofrecen oficinas, salas de juntas o domicilio fiscal, por mencionar algunos.

Aunque sigue siendo un tema controversial y algunos expertos comentan que falta claridad en la definición de aspectos de regulación fiscal y de políticas gubernamentales, lo cierto es que, es un modelo económico que cada día cobra más fuerza, sobre todo, cuando la economía enfrenta condiciones de crisis.

Será que… ¿la colaboración y el uso de las tecnologías de información y comunicación son, en sentido figurado, el hongo y la raíz, que, al formar una alianza, abren la posibilidad de mejorar su alcance comercial, incluso, ser el salvavidas o la estrategia para que los emprendedores, las micro, pequeñas y medianas empresas afronten con mejores posibilidades una crisis y no solo esto, sino que experimenten un mejor crecimiento?

Yazmin Yuriria Gonsález Méndez

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